Mi identidad no es algo estático
Ser acompañante me ha permitido reconocerme y aceptarme como una defensora de derechos
Ser acompañante me ha permitido reconocerme y aceptarme como una defensora de derechos
Sé que vivir el feminismo de esta forma no sería posible aproximándome académicamente
La certeza de saber que acompañar es lo correcto sigue intacta
Desde muy chiquita sé lo que significa una madre que fue condenada a ser madre, y une hije que es consecuencia, y no un deseo
Necesitamos del otro no porque seamos responsables sino porque es lindo poder tenerse
Acompañar es una invitación para habitar otros devenires más coloridos y plurales
Al ser acompañantes estamos cara a cara con la diversidad de la vida: desde innumerables violencias, violaciones de derechos y negligencia del Estado, hasta las más cómodas y burguesas
El activismo impacta mi identidad a partir de los encuentros que me proporciona, que mueven y activan otras referencias tanto en mí como en todas las personas
Vivo un proceso continuo de aprendizajes y la deconstrucción de paradigmas sobre el aborto y la maternidad desde que comencé a acompañar y estudiar profundamente sobre estos temas
Para hablar de mi identidad necesito mirar hacia atrás. Antes de convertirme en acompañante, ¡fui acompañada!