Este poema refleja la profunda experiencia emocional que viví al acompañar a una niña de 13 años que quedó embarazada y fue juzgada por su propia madre. Al ser mi primer caso con alguien tan joven, sentí de manera muy real la vulnerabilidad y el dolor de quienes no tienen el apoyo necesario.
A través de mis palabras, intento expresar la tristeza, la impotencia y la empatía que surgieron al no poder estar más cerca de ella, y cómo ese momento marcó un antes y un después en mi sensibilidad hacia aquellos que enfrentan la crueldad del mundo sin protección.
