DIGNIDAD, ESPERANZAS, CERTEZAS, CONVICCIÓN.
Ahora que he estado reflexionando me doy cuenta que acompañar y me acompañen es algo que he hecho hace mucho tiempo de varias formas, me gusta, sabiendo que es un compromiso, asumiendo que tiene momentos de alivio, sanación, miedos, dudas y tensión.
Desde hace años que una amiga me comenzó a compartir sobre su experiencia como acompañante de aborto y soy parte de una red feminista y sorora me he dejado de sentir sola, juzgada y mala como una mujer que no ve la maternidad como opción de vida, saber que no soy la única que siente tanta presión familiar y social por tener una vida en pareja y tener hijxs.
Comprender haciendo válidas mis experiencias y sentires, con información para reafirmar las cargas que en nuestras realidades son dolorosas y tener herramientas para afrontarlas me ha hecho sentir segura para continuar mi vida sin las mismas dudas y con más fuerza.
En mi vida ahora siento un acompañamiento colectivo, que es sincero, diverso, plural, cuidadoso y tierno.
Estoy agradecida del cambio que ha significado en mi vida ser acompañante, no extraño algo en específico desde mi procesos y experiencias de aborto y como acompañante, solo miro con coraje y nostalgia para continuar.
