Así sería, así luego de recorrer todas las emociones juntas y al mismo tiempo. Así, luego de la angustia-ira, de la tristeza-rabia, de sentirnos ahí con y entre. Así, cuando llega el momento del abrazo y la alegría de sabernos ahí con la otra. La alegría de saber que podemos hacer algo…
Ella:
la mirada sin dientes
las marcas de todas las violencias posibles
su niña en la falda.
Y yo:
impotencia, rabia, ira.
Ella:
puertas inseguras, alacrán en la pared
vecinos que juzgan
pelo largo y rodete
el mate con burro
y la voz constante de su hija.
Yo: oídos, escucha, estremecimiento.
Ella me abraza
y yo le digo algo gracioso que la haga reír.