Para mí, no hay una identidad definida de ser acompañante o no serlo. Yo siento que soy la misma persona en cualquier momento y circunstancia de mi vida. No hay un color o una etiqueta que me defina como acompañante.
Reconocerme como acompañante pasa por todo mi cuerpo, así como soy, no me quito nada en ningún momento. Esa, soy yo.
