La fotografía testimonial fue tomada por alguien desconocido, a quien se lo pedí, el día siguiente a mi segundo aborto. Cuando recibí la actividad pensé en esta foto y comencé a buscarla. Al mirarla ahora, vi un par de elementos que la sacan de lo meramente testimonial y me la presentan bastante simbólica.
En las fotografías que tomo o pido que me tomen, nunca pongo a la persona o mí en el centro, de manera tan simétrica como en esta. Habitualmente, en mis idas a Valparaíso (lugar en el que se tomó esa fotografía), nunca reparo en los sitios reconocidamente turísticos, pero en esta foto sí.
De lo testimonial, por la fecha y circunstancias en que fue tomada, se me volvió la definición de lo que es el aborto para mí, ponernos en el centro protagónico y recuperar nuestros proyectos de vida, pero siempre desde una nueva perspectiva.
La foto fue tomada el 21 de enero de 2018. Ese año participé en la Escuela de acompañantes de Con las amigas y en la casa. Ese año comencé a acompañar. Ese año se plasmó en un enero conmigo al centro, abortando, y terminó en un diciembre sin foto para mí, acompañando a otras protagonistas que se pusieron al centro de sus vidas. La circularidad de vivir en el cuerpo, y luego acuerparse para otras que viven en los suyos, es de lo más significativo en mi camino del acompañamiento.
