Saltar al contenido

Otros andares

Si, soy acompañante y es parte de mí. Desde que acompañé hace 15 años a amigas para hacerse una prueba de embarazo y esa incertidumbre les cambiaba la mirada, las hacía cuestionarse su valor y su plan de vida, sus sueños, sabía que era un tema que me movía más allá de la curiosidad.

Muchos años después volví a acompañar y escuchar amigas que abortaron; hasta que me tocó a mí ser la del retraso, la que cuándo me hice más de una prueba me dieron positivo todas, la que sentía el cuerpo debilitarse sin saber qué hacer pero que al mismo tiempo sabía que estaba sana y en condiciones de un proceso tan complejo, demandante. Admiro la capacidad de reproducción pero no para mí, ni para mi vida en ese momento y no sé si en algún otro.

Estuve pálida por dentro, mi vida se balanceaba, parecía no tener certezas hasta que comencé a leer y a hablar con amigas sobre aborto y me recuperé sabiendo que era un proceso que no busqué pero tenía y quería hacer para seguir mis planes, mis sueños. Quiero seguir mis metas, mis utopías, viajar, trabajar, gozar y el mandato de la maternidad y reproducción como mujer prieta, de clase baja, con estudios, crítica, me pesa.

Para mí acompañar es parte de la red de otras posibilidades que quiero poder ayudar a tejer entre mujeres y personas que buscamos otros andares que no son los tradicionales, pero sí colectivos y desde el corazón.