Mi yo acompañante de abortos tiene peluca fucsia,
antes odiaba el rosa, ahora cree que hay muchos rosas posibles.
Mi yo acompañante de abortos tiene megáfono en la mano,
vocifera más que siempre, más que nunca.
Tiene boca ancha plagada de voces, de todas las voces que aúllan en la manada.
Mi yo acompañante grita con los brazos, con la carcajada, con las corridas y un meneadito.
Mi yo acompañante es entre otras, otres pelucas fucsias, es saltado de a mucha sal compás,
abrazo de a muchas, es siendo de a muchas.
Es la intensa que siempre tiene algo para decir, la que encuentra anécdota y aprendizaje en todo…
Mi yo acompañante es mi yo abortera, mi yo oídos, mi yo llanto,
mi yo dolor y manos en la panza de la risa.
Mi yo abortera desespera, se enoja, patea todo y vuelve a empezar, insiste.
Mi yo abortera no le teme a la ternura ni al dolor ajeno,
porque va aprendiendo eso de estar ahí para otres
Mi yo abortera es una de las versiones de mí
que más me gustan,
es esa que me reconcilia conmigo misma y con el mundo.
