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Estar disponible

Desde que comencé a acompañar abortos, han cambiado algunas cosas en mi vida, pero no muchas.

Siento que la más trascendente es respecto a la disposición, asumir que cuando una acompaña procesos de aborto tiene que estar disponible y al servicio de la otra persona. Para ello procuro ser más atenta y aprender a leer a las personas, intentando descifrar qué es lo que necesitan sin que tengan que pedirlo. Muchas veces las personas a las que acompañamos son desconocidas, por lo que no hay un vínculo previo, lo que hace que sea difícil que se sientan en confianza de decir o pedir lo que están necesitando, por pensar que molestan o que ya es demasiado con que estés ahí en ese momento complejo. Por eso, considero que ser acompañante es poner la cuerpa y el ser entero al servicio de la persona que está atravesando el proceso de interrupción, que en ese momento es quien tiene todo el foco de atención. En mi vida, me significa por momentos dejar cuestiones personales de lado y otras responsabilidades para poder asumir el rol con amor y entera disposición.