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Entre nosotras nos ayudamos

Había una vez una chica solitaria, que se llamaba Ángela; tenía un novio, Luis, con el cual llevaba un año y medio. Eran una pareja algo compleja, era una relación algo complicada, pues el novio venía de una familia muy conservadora pero con buena posición económica, en cambio ella venía de una familia con altos valores y poco alcance económico. 

Se conocieron en una fiesta y empezaron a salir después de un par de meses. Un día salieron de fiesta con algunos amigos, tomaron, bailaron y la pasaron muy bien. Ella sin permiso de sus papás se fue a dormir a casa de él, ya con unas copas de más tuvieron relaciones sexuales sin protección, porque él le dijo que con preservativo “no se sentía tanto” y ella, para no hacerlo enojar, aceptó. 

Al poco tiempo Ángela empezó a tener algunos síntomas de embarazo, y se asustó mucho, así que fue a contarle todo a Luis. Él empezó a decirle que no pasaba nada, que estaba todo bien ya que él había tenido mucho cuidado de no haber «terminado adentro». Se tranquilizó por unos días, pero al ver que aún tenía síntomas ella sola fue a hacerse la prueba de embarazo de sangre y salió positivo. 

Ángela no quería tenerlo, ella estaba aún estudiando, tenía veinte años, no tenía el solvente económico, así que fue y le dijo a Luis que estaba embarazada y que iba a abortarlo, que había leído en internet sobre unas pastillas que te ayudaban a interrumpir el embarazo, pero que necesitaba que él le ayudar a a comprarlas. Él se enojó horriblemente con ella, le dijo que jamás le iba ayudar a matar a un inocente, que estaba sola en eso y que si lo volvía a hacer, se olvidara de su relación.

Ángela tuvo que vender ropa y algunas de sus pertenencias para poder comprar el medicamento, ya que era muy costoso. Lo logró, compró el medicamento y sin saber el procedimiento y la cantidad que debía tomar, lo hizo, sola en su casa y sin decirle a nadie. Él procedimiento fue muy doloso para ella, tanto física como emocionalmente, así que empezó a investigar muchísimo y encontró que había grupos de mujeres a abortar, sin ningún costo, había algunas que incluso regalaban medicamentos. Se contactó con una de ellas, donó el medicamento que le había quedado y ofreció ayudar a las mujeres para que ninguna volviera a pasar lo que ella había pasado sola, sin información y/o con información errónea. 

Ella lo hace desde un acto de amor a ella misma y a todas la mujeres, porque no quiere que ninguna vuelva a sufrir lo que ella sufrió en soledad.