Desde que soy acompañante han cambiado muchas cosas. La verdad es que he tenido que integrar el ejercicio de acompañamiento a mi vida diaria. Yo, personalmente, yo como acompañante, no le impongo horarios a mis acompañadas, sino que desde que estoy acompañando, me adapto a los horarios en que ellas lo vayan a hacer. Entonces, puede pasar que a veces esté en el bus y de repente estoy acompañando, y si es un acompañamiento normal es como, bueno, no hay mayor problema. Pero, por ejemplo, ¿qué pasa cuando voy en el transporte público y hay una acompañante que está en crisis o que algo no está saliendo tan bien y tengo que buscar a la comisión de salud para preguntar si esto es normal, si no es normal o qué hago frente a eso?. Es como también… O sea, es… No sé si decir que la palabra es incómoda, pero sí, o sea, sí. Es como un ejercicio que he tenido que ir aprendiendo con el tiempo, que he ido pasando acompañando, como también a regular mis propias crisis que me dan ¿no?; como acompañando, por la desesperación que me da por la otra persona que está del otro lado. He ido buscando estrategias para comunicar mejor.
Pongo justamente una foto del transporte público porque siempre me pareció bastante gracioso como todo el mundo a mi alrededor está chateando, está viendo TikTok… Bueno, si se puede sacar el teléfono ¿no? porque igual vivo en una ciudad caótica que no siempre se puede usar el teléfono en público, pero cuando voy en un transporte público donde la gente va usando su celular, como van haciendo un montón de cosas diferentes, mientras yo probablemente estoy en el teléfono conteniendo a alguien que está teniendo un aborto en ese momento. Entonces creo que… demuestra ¿no?, cómo se tenía que ir adaptando mi vida al tema del acompañamiento, pero no solamente del transporte público; me ha tocado acompañar estando en reuniones familiares, en reuniones de amigas, en el trabajo, en el día a día. Mi vida es, también, este ejercicio constante de hacerme acuerdo que tengo que revisar este otro teléfono que manejo para acompañar.
