El día que yo tomé esta fotografía llevaba un buen rato en acompañamiento, fue uno que se complicó un poco por la anestesia, cuestiones de anestesia. Yo estaba un poquito angustiada porque mi acompañada no salía del quirófano y llevaba al menos unas tres horas ahí. Recuerdo haber llegado a casa cansada emocional, físicamente, pero contenta. En ese momento, me acerqué a la ventana de la habitación en el hospital y me quedé un buen rato viendo el atardecer y es lo primero que pienso cuando veo esta fotografía. Recuerdo que regresé muy contenta y muy en paz a casa porque mi acompañada me hizo saber que mi presencia ahí había hecho la diferencia, que a pesar de que no había sido un día fácil para ella, sentirse acompañada, sentirse apachachada, mejoró muchísimo la situación.
Entonces, justamente esos momentos son los que motivan mi activismo como acompañante, saber que no tenemos por qué estar solas y que podemos armar, desarrollar y fortalecer estas redes para que podamos ejercer nuestros derechos sexuales, reproductivos.
