Cosas que se han sumado a mi vida desde que soy acompañante de abortos:
- La palabra aborto y abortar a diario. En tela, stickers, documentos de word, en el termo matero, en pines, en la mochila, en los chats, en dos remeras y una campera. En los talleres de educación sexual integral en la escuela. En relatos, en cuadernos que se terminan rápido, en audios, en conversaciones, en contraseñas, en memes.
- Los colores verde y magenta.
- Mentir sin límite y sin culpa a todx sujetx que esté siendo eslabón del sistema cuando detiene, demora, obstaculiza, impide el deseo o la voluntad de abortar. Mentir con otras espontáneamente. Tener sintonía para mentir, disfrutarlo. Hacerlo como forma de justicia feminista, hacerlo para no ser llevada puesta por las situaciones de violencia. Mentir como instrumento para conseguir cosas, proteger o protegernos. Enseñar a mentir, o más bien recordar a otras el valor de mentir, y de actuar, llegado el caso. Aprender de las formas de mentir de otras. Hacer como si me olvido, hacer como si no sé, hacer como si no entiendo, hacer como si respetara.
- El feminismo adentro de mi casa y adentro mío. El feminismo como sensibilidad. El feminismo como pregunta, como definición, como experiencia. Y también como acuerdo político. El feminismo transfeminista.
- La atención al celular mucho más tiempo. El tiempo de las personas socorridas en mi vida, solo limitado en la noche, a veces no limitado porque no me sale o porque no quedó otra. La afección de las emociones y pensamientos de las diversas socorridas en mi vida.
- Compañeras, amigas. Nuevas y viejas compañeras con las que fortalecimos vínculos. Amigas travestis.
- Una escucha más atenta.
- Banderas. Peluca mía y ajenas. Unos megáfonos. Folletos. Protocolas. Un baúl en mi casa para todo eso.
- Libros, fetos y fotos de fetos, chistes sobre fetos, gifts de fetos, videos de fetos. Entierros de fetos. Guantes. Fuentón. Protector de colchones. Una pelota de yoga para ejercicios aborteros.
- El propósito constante de generar autonomía en jóvenes y mujeres que quieren abortar.
- Desear la ley. Celebrar la ley. Difundir la ley. Que la palabra ley por sí misma refiera entre nosotres a la ley de aborto (un modismo feminista que subvierte la ética kantiana).
- Los horizontes latinoamericanos en voces y actividades virtuales.
- Mía Salas.
- La agenda feminista como organizadora de mi tiempo anual.
- Viajar al encuentro plurinacional.
- Participar de la plenaria socorrista.
- Personas que admiro: las hermanas Zurbriggen, cada una y como hermanas. Andrea. María Elena. Jess.
- Otros gestos y modos de vincularme con otres, desde el cuidado.
- El alcohol y el cigarrillo: whisky, gin, fernet, birra. Tabaco armado, tabaco en pipa, cigarros correntinos.
- Otra economía, dar sin miedo a no tener.
Cosas que han dejado de estar en mi vida desde que soy acompañante:
- El activismo agroecológico y ambiental.
- Los fines de semana en una reserva natural, donde no hay señal, al lado de un arroyo, cercano a zonas donde viví.
- La vida y el tiempo en territorio rural.
- La pretensión de alimentarme 100% agroecológico.
- La meditación diaria.
- Una psicóloga cara.
- La sensación de descanso o desconexión total.
- Los hombres, salvo contadas excepciones: con una mano y lejos.
- Mi familia de origen. Mi madre dramática.
- Los viajes a la ciudad donde nací, crecí y reside mi madre (Concordia).
- Contar lo que hago a gente que no me importa.
- Gente que no me importa.
De lo que cambió, echo de menos:
- El tiempo en la naturaleza, las caminatas, la literatura, los ensayos de traducción, la lectura, la radio, las clases de alemán, el trabajo de mediación de lectura con infancias, la actividad física y la meditación, tiempo de ocio con mi gata- después de algunos cambios personales esto está volviendo a tener lugar. Y también observo que dejó de ser parte de mí por el tiempo de pandemia, un poco posterior a mi incorporación al socorrismo, que me sacudió la existencia como a todes.