Cambiaron pensamientos que tenía sobre el aborto, como que todos eran iguales. Me fuí cuestionando acerca de mis propios estigmas acerca del aborto. Me permitió entender el impacto que puede tener la información, la seguridad y el acompañamiento en la vida de una persona, que eso puede hacer la diferencia. Ahora decido estar disponible y dispuesta a acompañar las decisiones de las mujeres y lo que esa disposición me implica no me genera algo que eche de menos.
Por eso lo que comparto es la transformación de mi planta de granada. Actualmente ya florea y genera un incipiente fruto, sin que pueda ser la granada en sí misma… pienso que ese es el reflejo del trabajo que hago en la vida de las mujeres que acompaño: participo en que la semilla brote, en que florezca, que se vuelva fruto, pero al final, la decisión (el fruto) es cosecha de las mujeres.
